*Tomado del FB EL GRIEGO ESTOICO
Los abuelos son la fuente de la sabiduría de la familia y representan la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que muere
~ Papa Francisco
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Cuáles son tus primeros recuerdos de tus abuelos? Qué lecciones recuerdas de ellos que impactan tu vida hoy?
Mis primeros recuerdos con mi abuelo consisten en una ráfaga de actividades que demuestran cuánto tiempo dedicó a mi infancia, en mi ciudad natal en Grecia: llevarme al parque casi todos los días, jugar pelota conmigo, recoger frutas y vegetales del jardín, llevarme a visitar a tíos, tías, primos, primas y muchos más familiares, enseñarme cada esquina de su pueblo y la ciudad, enseñarme a jugar backgammon y cartas.
Durante mi adolescencia, mi abuelo me instruyó en cómo hacer una variedad de trabajos y tareas domésticas en la casa — cosas que a veces hice de mala gana: a plantar tomates y otros vegetales, a empastar la pared, a mezclar y preparar cemento, a quitar el óxido de los metales, y mucho más.
Durante todo mi desarrollo, mi abuelo era una piedra angular en mi formación y crecimiento.
Mi abuelo fue una persona que no siempre mostró sus sentimientos. Quizás esto fue el resultado de las dificultades que le habían pasado en la vida, las situaciones que muchos de su generación vivieron: guerras contra enemigos externos pero también internos, hambre, pobreza.
A pesar de todo esto, y aunque las condiciones le permitieron llegar solo al tercer grado en el colegio, mi abuelo poseía una sabiduría única y particular, que siempre expresaba a su propia manera.
Esta sabiduría se esconde en las innumerables historias que contó mi abuelo sobre “los viejos tiempos”: la pobreza cuando él era niño y comía pan con azúcar todos los días, la Segunda Guerra Mundial y la experiencia de la ocupación alemana en Grecia — que nadie de mi generación se puede imaginar, luego la Guerra Civil Griega, y luego, algo que es muy familiar para muchos de nosotros: la migración al extranjero para buscar un mejor futuro. Mi abuelo era marinero y pasó mucho tiempo en Chipre, Líbano, Arabia Saudita y muchos otros lugares — viviendo solo, lejos de su familia.
Desde que yo era un niño hasta la última vez que lo vi en 2018, sus historias que él repetía una y otra vez incluían lecciones fundamentales para la vida. Son lecciones que recordaré para siempre — lecciones que me guiarán en la vida y en mis decisiones.
Quiero recordar y contar algunas de estas lecciones por este blog.
1. Sé humilde hacia los demás y hacia la vida.
La megalomanía — tener un concepto elevado de sí mismo—es peligrosa y puede causar mucho dolor. Según una de sus historias, mi abuelo estaba en Líbano con un grupo de gente de su campo. Ellos solamente hablaban griego, así que no pudieron comunicarse con un empleado local que trató de atenderlos en árabe, inglés y francés. Alguien del grupo reclamó: “Pero qué tonta es la gente aquí, ni siquiera pueden comunicarse con sus clientes!” Mi abuelo respondió: “Usted cuide sus palabras. El señor habla tres idiomas y nosotros solamente el dialecto griego de nuestro campo! Quienes usted cree que son los tontos aquí?”
2. Sé trabajador y demuestra siempre una ética de trabajo.
Aún sin ninguna educación formal y en contra de todas las condiciones, mi abuelo hizo lo mejor que estaba dentro de su control con lo que la vida le dio. Trabajó fuerte, siguió adelante y conoció muchas partes del mundo, lo que le dio perspectiva. Todo eso lo hizo por sus mismos esfuerzos, por sus manos laborales y su mente ingeniosa.
No puedes controlar tus circunstancias. Solo puedes controlar lo que haces en ellas.
3. Sé modesto y austero y prepárate para lo peor— nunca sabes cómo resultarán las cosas.
Mi abuelo pasó por muchos altos y bajos en su vida. Guerras, hambre, pobreza, vivir solo en mares extranjeros, sufrimiento, muerte. Por todo eso aprendió a ser humilde y no esperar que las cosas definitivamente se mejoren. Su prioridad era alimentar a su familia en el presente y en el futuro.
A menudo tenemos la ilusión que los buenos tiempos continuarán. En todo el curso de la humanidad, ha sido lo más prudente prepararse para lo peor.
4. Pon tu familia por encima de todo.
Mi abuelo siempre fue leal y dedicado a la familia. Esto ha sido un ejemplo para sus hijos y sus nietos. Es muy importante mantenerse en contacto con tus familiares dondequiera que estés.
Con qué frecuencia damos por sentada a nuestra familia? Con qué frecuencia deseamos haber pasado más tiempo con alguien a quien perdimos?
Ve tu familia como un regalo y así tus hijos aprenderán de ti y harán lo mismo.
5. Cuídate a ti mismo primero.
No puedo contar cuántas veces mi abuelo dijo esta frase.
Eres el único que puede cuidarte a ti mismo. Y solo si te cuidas a ti primero puedes por lo tanto cuidar de los que te rodean — tus hijos, tus familiares, tus amigos.
Es verdad que nuestro tiempo en la tierra es limitado y solo se vive una vez. Pero aunque mi abuelo murió en 2018, sus consejos, su sabiduría y su voz permanecen en mí y mi familia.
Y esto es un recordatorio para todos nosotros. A veces nos olvidamos del tesoro que existe en cada uno de nuestros abuelos y abuelas, sobre todo aquellos que no viven cerca de nosotros.
Tienes la oportunidad de aprender de personas con experiencia de vida, dejarte guiar por personas que han recorrido el camino antes que tú. No la desperdicies.
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Recuerdas los consejos de tus abuelos?
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