En la capital de Irán, Teherán, un 74% de los votantes desertaron a las urnas el viernes 18 de junio en las elecciones presidenciales de Irán que vieron al ganador del ultra conservador Ebrahim Raisi después de la exclusión por parte del Consejo de Guardianes de todos los principales rivales reformistas y conservadores. Así lo informó la sede electoral de esa ciudad.
La cifra de participación nacional, aunque baja, también ha sido blanco de polémica.. El diario reformista Etemad afirma que, al incluir en los cálculos el alto porcentaje de votos en blanco y nulos -casi un 13%- la cifra real de participación sería del 43% y no 48%, como anunció el Ministerio del Interior
Estos porcentajes son los más bajos de todas las presidenciales celebradas desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979.
Raisi era favorito para esta elecciones ante la falta de competencia real tras la descalificación de sus principales adversarios. Muchos votantes optaron por mantenerse al margen después de que la lista de unos 600 aspirantes, entre los que había 40 mujeres, se redujera a siete candidatos, todos ellos hombres, excluyendo a un ex presidente y a un ex presidente del Parlamento. Tres de los candidatos preseleccionados abandonaron dos días antes de la votación del viernes.
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