Jovenel Moïse: “Un grupo de oligarcas quiere apoderarse de Haití”
El presidente del país insiste en que hay un golpe de Estado en marcha que utiliza la calle para desestabilizar. En una entrevista con EL PAÍS asegura que seguirá en el poder hasta 2022 y acusa a un grupo de familias vinculadas al sector eléctrico de intentar asesinarlo
Desde el domingo pasado Haití tiene dos presidentes. Uno, Jovenel Moïse, de 52 años, cumplió su cuarto año en la presidencia. El segundo es Joseph Mécène, un juez de 72 años apoyado por la oposición, pero ignorado por la comunidad internacional, que juró el cargo con un mensaje grabado en una habitación sin más testigos que su cuenta de Facebook y una bandera de Haití. El autonombramiento llegó acompañado de disturbios de grupos violentos que sembraron el miedo y dejaron desiertas las bulliciosas calles de Puerto Príncipe. El actual presidente sostiene que hay un golpe de Estado en marcha organizado por un grupo de familias y empresarios “que controlan los principales recursos del país, que siempre han puesto y quitado presidentes y que utilizar la calle para crear desestabilización”, dice en una entrevista telefónica con El PAÍS desde su despacho en Puerto Príncipe.
Hijo de un comerciante y una costurera, Jovenel Moïse insiste en que no dejará el poder hasta febrero de 2022, pero la tensión en el país sube semana a semana. A la crisis política se suma un año de espanto debido a la pandemia, los huracanes y la ola de violencia y secuestros que han llevado el hartazgo a una población que cuenta en su poder con más armas que nunca, tal y como señalan los expertos a este diario. Paralelamente, la descomposición social mantiene inalterable su macabro compás. A la misma hora que el juez se proclamaba presidente, aterrizaba en Puerto Príncipe otro avión procedente de Estados Unidos con medio centenar de emigrantes deportados, entre ellos
21 niños. Según el académico Ralph P. Chevry: “Estamos siendo testigos de la creación de una Somalia en las Américas”, escribió esta semana en The Washington Post.
El origen político del conflicto está en las convulsas elecciones de 2015. Michel Martelly finalizó su gestión, pero los caóticos comicios convocados obligaron a nombrar un presidente interino de otro partido, hasta que la autoridad electoral reconoció la victoria de Moïse un año después. Para la oposición, su Gobierno comenzó el día que Martelly dejó el poder y le acusa de “dictador” por gobernar por decreto desde hace un año. La tensión subió esta semana tras la detención de 23 personas acusadas de conspirar e intentar asesinarlo.
“Mi mandato empezó el 7 de febrero del 2017 y termina el 7 de febrero del 2022. Entregaré el poder a su propietario que es el pueblo de Haití. Los oligarcas corruptos acostumbrados a controlar a los presidentes, a los ministros, al Parlamento y al poder judicial piensan que pueden tomar la presidencia, pero solo hay una camino: elecciones. Y yo no participaré en esas elecciones”, dice para despejar dudas sobre las acusaciones de la oposición de querer perpetuarse en el poder. Sobre quién está detrás del intento de golpe, el mandatario señala sin citarlos a los Vorbe, una de las familias más poderosas, dueñas de la electricidad en el país. “El golpe de Estado no es un hecho puntual, sino una secuencia de acciones. Hasta ahora los Gobiernos eran títeres de los grupos económicos, pero esto hoy no sucede y nuestras decisiones sientan muy mal a quienes se sienten poderosos e intocables. Un pequeño grupo de oligarcas están detrás del golpe y quiere apoderarse del país.
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