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Writer's pictureEddie Ramírez

Chávez no pudo tomar posesión, ¿podrá Maduro?



El presidente Hugo Chávez estaba consciente de que tenía una enfermedad terminal y que no podría ser nuevamente presidente en el período 2013- 2019. Por eso acordó con su entorno realizar la elección en octubre  y no en diciembre del 2012. Resultó reelecto, pero  no pudo juramentarse el 10 de enero del 2013. Aunque el sumiso Tribunal Supremo de Justicia sentenció que ese requisito   no era obligatorio, su muerte le impidió asumir  el poder. Este 10 de enero del 2025 Nicolás Maduro pretende juramentarse a pesar de que tiene el rechazo de los venezolanos y de los gobiernos democráticos del mundo y  que él y todos sabemos que el presidente electo es Edmundo González.  ¿Lo logrará? En todo caso no podrá sostenerse mucho tiempo ya que está bailando en un tusero.

Nicolás Maduro no tiene una enfermedad terminal, pero es un difunto electoral. Inicialmente fue impuesto por Chávez,  probablemente   perdió la elección del 2013 contra Capriles y por ello no aceptó las auditorías. El rechazo del electorado se evidenció en la elección de diputados a la Asamblea Nacional 2015, en la que la oposición obtuvo la mayoría absoluta.  La oposición se negó a participar en la elección del 2018 por el desconocimiento de diputados e infinidad de irregularidades. Desde el 2019  usurpa la presidencia. 

Consciente del gran  rechazo que tiene,  ordenó adelantar la elección para julio del 2024 e inhabilitar a María Corina Machado con la esperanza de que la oposición no se pondría de acuerdo en seleccionar un solo candidato y que tampoco tendría capacidad para organizarse y tener testigos en todas las Mesas electorales.  Se equivocó, como se ha equivocado en la política económica, en la selección de sus colaboradores y al no percatarse que carece del carisma de Chávez. También se equivocó al no aceptar  que tiene rechazo por su pésima gestión y al no valorar el tesón de María Corina, de su equipo y simpatizantes que lograron disponer de las Actas que evidenciaron la victoria de Edmundo González. Hasta ahora se ha mantenido en Miraflores por la represión en contra de los ciudadanos. 

El siempre perdedor Maduro es tan torpe que no logra percatarse que su única opción es aceptar su derrota y pactar una transición pacífica y ordenada. De nada le sirve dar pancadas de ahogado. Su rechazo es mucho más alto que las cifras reflejadas en las Actas, ya que en las mismas no están incluidos los millones de compatriotas que no pudieron votar en el exterior, sea por las trabas impuestas en los consulados o por ausencia de esas dependencias en muchos países. Todo el mundo sabe que Maduro perdió. Está acorralado, en los barrios destrozan  sus pancartas, siente pánico  y ha optado por mantenerse  mediante asesinatos, encarcelamientos y torturas de quienes protestan y de aquellos que lograron evidenciar su derrota.

Hugo Chávez contó con la alcahuetería del TSJ, presidido en ese entonces por Luisa Estella Morales, que decidió que su juramentación no era necesaria porque había sido reelecto. Sin embargo, la muerte le impidió asumir la presidencia. Maduro está convocando a los trabajadores del Estado y a sus tarifados armados para que lo apoyen el 10 de enero en su comparecencia ante una Asamblea Nacional espuria, y de un CNE  y un TSJ cómplices del desconocimiento de la voluntad popular y de  la Constitución. Puede o no que llegue a juramentarse, pero sus días como usurpador están contados. Instamos a la Fuerza Armada a no aceptarlo como su comandante en jefe y a la comunidad internacional que evidencie más contundentemente  su rechazo.  No tiene méritos, ni legitimidad.

Como (había) en botica:  El usurpador que ocupa la Fiscalía ofrece recompensa  por  el paradero de Edmundo González, a pesar de que   le dieron salvoconducto cuando estaba en la embajada de España y que Maduro declaró que Edmundo era un caballero. Ahora lo tildan de delincuente porque pudo declarar sin chantaje que es el presidente electo. Maduro es quien conspira y viola la Constitución, es cómplice e instigador de actos violentos en contra de los ciudadanos, usurpa la presidencia, forjó el resultado de la elección, desconoce las instituciones del Estado, instiga y desobedece las leyes, se asocia con La Piedrita y otros grupos paramilitares para delinquir y ha legitimado millones de dólares con sus compinches. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!


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