Cuba padece el embate del más reciente rebrote de la COVID-19. La isla, de 11,2 millones de habitantes, exhibe la tasa de incidencia más alta de América Latina y el Caribe, con 1.173 contagios por cada 100.000 habitantes, en los últimos 15 días.
Con un sistema sanitario colapsado, en el que escasean los médicos e insumos tan esenciales como el oxígeno, la nación caribeña registra un promedio de 8.000 positivos y 70 decesos cada 24 horas.
De acuerdo con el Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsad) el peor escenario lo viven las provincias de Pinar del Río, Ciego de Ávila y Cienfuegos. En esa última región, medios locales han descrito la situación como “sin precedentes”.
De acuerdo con el diario “5 de Septiembre”, el estado tiene una población de 406.244 ciudadanos. De ese global, al menos 35.000 personas se han contagiado con el nuevo coronavirus. Los números podrían, incluso, estar rezagados, debido a la falta de pruebas diagnósticas y a la acumulación de test PCR sin procesar.
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El rotativo indica que la provincia, que debería contar con 701 doctores, tiene un déficit de 446 galenos. En consecuencia, los 255 restantes han tenido que redoblar sus esfuerzos y jornadas para atender a los pacientes de toda la entidad.
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