El régimen de Cuba anunció nuevas restricciones y medidas para imponer censura en la isla a través de los drones.
Anunció una regulación de estos aparatos, cuya fabricación, importación y uso se permiten solo con fines de aeromodelismo o trabajos aéreos específicos.
Asimismo, las personas estarán supervisadas y bajo la «tutela» de una empresa perteneciente al conglomerado militar (GAESA).
Desde hace tres años, el régimen cubano aseguró que el vuelo de drones «no estaba prohibido», pero pedía a cualquier ciudadano abstenerse de hacerlo «con el fin de evitar cualquier molestia»
En 2016, el ciudadano canadiense Chris Hughes fue arrestado y enviado a prisión 14 días, por volar uno de estos aparatos en la Plaza de la Revolución.
Un año después, en la Plaza de la Revolución de La Habana apareció una señalización que advertía a los interesados en tomar imágenes aéreas del lugar con drones.
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