La Policía Nacional de Nicaragua detuvo, este lunes, al dirigente opositor Mauricio Díaz. El ex diplomático, duro crítico del presidente Daniel Ortega, quedó en prisión, luego de acudir a un interrogatorio en la sede de la Fiscalía.
Ese organismo, controlado por el Ejecutivo nicaragüense, imputó al ex embajador de Managua en Costa Rica por los aparentes delitos de incitación “a la injerencia en los asuntos internos” y por “pedir intervenciones militares”.
El Ministerio Público también le acusó de recibir fondos de potencias extranjeras “para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización”, además de “proponer bloqueos económicos y comerciales”.
Los señalamientos, contemplados en la polémica Ley 1055 de diciembre de 2020, son los mismos que les han permitido a Ortega y a su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo, detener a más de una treintena de adversarios.
Los arrestos, cuestionados por gobiernos democráticos y por organizaciones internacionales, han colocado tras las rejas o en prisión domiciliaria a siete candidatos presidenciales y a una aspirante a la Vicepresidencia.
De manera reciente, la dupla Ortega – Murillo, que aspira la relección en los comicios del 07 de noviembre, también consiguió la inhabilitación de la Alianza Ciudadanos por la Libertad (CxLibertad).
Ese bloque, que agrupa a partidos políticos de derecha, apadrinaba la carrera hacia la Presidencia de Oscar Sobalvarro. El empresario llegó a formar parte la llamada Resistencia, una agrupación que se conoció como “Los Contras” y que le hizo la lucha a Daniel Ortega y a su Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en los tiempos de Anastasio Somoza.
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