El consuelo de la gente impaciente en Venezuela se sostiene en la creencia de que tarde -pero mejor que nunca-, a cada cómplice de la dictadura le caerán terribles condenas y castigos sobre sus cabezas. Estas camadas desnaturalizadas, familiares y arrimados, de muchas generaciones, anteriores y posteriores, cargarían con largas resacas por siglos bajo cientos de dedos acusadores de sus felonías, en inútiles escondites. Tragarán la cicuta de rumores al paso, después de los goces atorados de riquezas mal habidas, humillaciones a terceros, ultrajes, adulancias, cárceles, torturas y asesinatos de adversarios. Aunque con resabios de cómplices haya posteriores indultos, sobreseimientos de causas, perdones y olvidos, esta será la categoría de retribuciones de mayor duración para atormentar a los acusados de crímenes de lesa humanidad.
Nadie espera justicia de tribunales de un país que entre adicionales delitos consentidos a los suyos, mantiene en secuestro la independencia de los poderes públicos, anulando las instancias locales que sancionarían usurpaciones y abusos del régimen. De momento, sin embargo, se perciben gritos suficientemente altos de denuncias para destapar simuladas sorderas de adentro y de afuera. La segunda quincena del mes pasado, en Andorra, la desvergüenza de la dictadura recibió su merecido de los jefes de estados democráticos. La contraposición a la tiranía, en terrenos de la información, resulta valiosa tarea en manos de Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Comisión de DD.HH. de Naciones Unidas -a pesar de sus sesgos-, la Organización de Estados Americanos, recientemente de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI), de la Unión Europea que agregará penalidades para unos 30 dirigentes; y de millares de voluntarios en redes sociales, reportando atropellos ciudadanos 24 horas diarias.
El segundo castigo radica en la dificultad de los tiranos de ahora para conciliar el sueño sin ayuda de fármacos, y de mercenarios que cubran sus espaldas, en una época de radares, y sofisticados equipos tecnológicos y portátiles, drones y cámaras que fotografían cualquier tipo de escondite hasta en Marte, como pruebas del "Perseverance" de la NASA, en su hito espacial. Los abultados expedientes ya listos para activar procesos de la Corte Internacional de La Haya, sin prescripciones posibles, quizá se empleen con mayor velocidad a falta de atajos trágicos como en las historias siglo XXI de Augusto Pinochet (2006), Slobodan Milosevic (2006) Sadam Hussein (2006), Osama Bin Laden (2011), Muamar Gadafi (2011), Hosni Mubarak (2020), Omar Al Bashir..., Nicolás Maduro…
Queda un tercer castigo como referencia de alcancía, a pesar de que su ocurrencia se resuelve en causalidades de procedencia sobrehumana improbables, más catalogados como aquellos "sin palo y sin rejo", en meditaciones de creyentes. De la vitrola suena un fragmento ide "Mi Verdad", la que atora a dictadores, popularizada por Mana y Shakira, en versión citada más abajo en esta entrada, y su equivalente en YouTube. Hasta dentro de dos semanas, Dios mediante.
Diferentes textos--guiones de entradas anteriores en: https://comunicadorcorporativo.blogspot.com/ Hay doctrinas y oradores Dictadores sin piedad Que gobiernan sin verdad Y hay mentiras en los diarios, en las redes Y en el mar, ay ay ay Hay engaños que por años Ocultaron la verdad Hiriendo de dolor Ay, yo me voy a refugiar Al oasis de tu amor
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