Establecer paralelismos entre hechos pasados y la situación actual puede ser útil para reflexionar, pero es imprescindible tomar en cuenta que las circunstancias rara vez son iguales. Sin embargo, siempre hay algo que aprender. Hugo Chávez se vio obligado a renunciar, pero a las pocas horas la misma Fuerza Armada que le solicitó la renuncia lo regresó al poder ante la falta de acuerdos en el sector político y en la institución armada. Nadie se preocupó por realizar la tarea para el día D más uno, aunque sin duda los acontecimientos nos sorprendieron a casi todos. Por ello, es vital la velocidad de respuesta ante acciones del régimen. A pesar de los escollos, Maduro puede ser derrotado electoralmente, pero se requiere el apoyo de toda la oposición al candidato o candidata que seleccionemos. Quien resulte electo deberá seguir contando con ese apoyo. ¿Será esto posible después de tantas descalificaciones, la mayoría relacionadas con aceptar o no la participación del Consejo Nacional Electoral (CNE) en las primarias?
Nuestros candidatos a las primarias y sus partidos deben evitar descalificar injustamente a sus oponentes, ya que eso perjudica las probabilidades de éxito para derrotar a Maduro. Tildar de colaboracionistas a Capriles, Rosales y Prosperi, por el solo hecho de predicar que las primarias deben ser con la participación de este organismo es injusto y no suma. Tanto Capriles, como Rosales pueden ser criticados por sus inconsistencias en algunas declaraciones o porque no nos gusten sus propuestas o actuaciones, pero ello no los hace colaboracionistas.
A Carlos Prosperi lo han masacrado por las redes por haber declarado que Maduro no es tirano, ni dictador. Podemos entender que, al estar en Venezuela, se expondría a ser encarcelado caso de decir que sí lo es, pero fue una declaración infeliz. Le faltó experiencia.
Rausseo también acepta al CNE, pero tiene en su contra el haber declarado que “ no sabe si en Cuba hay una dictadura debido a que no vive allí ”, respuesta que evidencia, entre otras cosas, que no quiere quedar mal con Maduro; además, su jefe de campaña deja mucho que desear y solo tiene como credencial sus chistes vulgares.
Por sus declaraciones poco sensatas, la candidatura de Ecarri es poco atractiva para muchos.
Andrés Velásquez, Delsa Solórzano y María Corina Machado están opuestos a la participación del CNE. Velásquez ha sido muy consistente en sus declaraciones. Delsa ha insistido en denunciar las violaciones a los derechos humano. César Pérez Vivas ha dicho que participará con o sin el CNE. Roberto Enríquez ha sido prudente, instando a los precandidatos a bajarlo dos al tema. La valiente María Corina es quien está más de frente contra la participación del CNE. Tiene algunos puntos válidos que podría esgrimir sin necesidad de descalificar a quienes piensan lo contrario. Su discurso agresivo atrae, pero a mediano plazo puede pasarle factura. Es positivo que ABP decidiera apoyarla.
Ante el retiro de Guaidó, hubiese sido deseable que Voluntad Popular apoyara un candidato fuera de sus filas. Al parecer, Andrés Caleca anunciará que participará en las primarias. Tiene buen nombre. Ha insistido en que el factor crítico es contar con los testigos. Los partidos y candidatos con baja probabilidad de ganar deberían endosar a quienes tienen más opción. Lo ideal sería acudir a primarias con dos o tres candidatos.
Repetimos que hubiésemos deseado que no nos embarcáramos en unas primarias que serán torpedeadas por el régimen y por algunos opositores. Desde luego, que se entiende que los ciudadanos quieran elegir a su candidato para enfrentar a Maduro, pero quizá era preferible seleccionar a un venezolano con credenciales reconocidas, que no tenga mucho rechazo y que no divida a la oposición. Si los chilenos que enfrentaron la dictadura de Pinochet se hubiesen inclinado por las primarias, en lugar de seleccionar por consenso a Patricio Aylwin, el resultado probablemente hubiese favorecido a Bucchi, candidato del oficialismo.
Consumado el hecho, no tenemos duda de que hay que respaldar las primarias. Esperemos que la Comisión Nacional de Primarias tome la mejor decisión y apoyémosla, aunque podamos no estar totalmente de acuerdo. Un fracaso de las mismas sería un triunfo de Maduro. No es descartable que alguien decida postularse sin pasar por ese filtro. Ello es respetable, pero debe considerar si en ese caso lograría el apoyo de las otras toldas políticas, lo cual es necesario para ganar, para tener testigos en todas las Mesas electorales y, posteriormente, para gobernar. Si no tenemos testigos es seguro que la estructura del partido de gobierno podrá operar a voluntad las máquinas de votación, tal y como ha hecho en el pasado.
La tarea es ser comedidos, lograr el éxito de las primarias, unidad para sortear las trampas y ventajismo del régimen para poder derrotarlo, así como para gobernar con cierta estabilidad. Este último punto es importante debido a que el nuevo gobierno estará sometido a infinidad de problemas y presiones.
Como (había) en botica: “Se mataron entre sí, y dieron muestras de estar poseídos del odio más enconado. ¡ Ni le compren, ni le vendan!”. Esto se vivió en un país que hoy superó esos odios y es ejemplo de civilidad. No fue en ninguno de nuestros países en los que han proliferado las dictaduras y el militarismo. Fue en Costa Rica, en 1948 (tomado del libro El 48, de Miguel Acuña) ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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