...del FB de Fernando Gerbasi
“Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas”, así reza el coro de la célebre canción Pedro Navaja, de Rubén Blades. Y, tiene razón.
Las sorpresas pueden ser agradables o no, pero lo cierto es que en cuestión de segundos todo puede cambiar. Ves la televisión en el momento preciso en que dan los resultados de la lotería y constatas que ganaste; que buena sorpresa y por qué no, que alegría. O vas al médico a que te diga que resultados arrojaron los exámenes del laboratorio y te encuentras con la mala noticia que te diagnostican una enfermedad rara, por no hablar de una maligna. Así es la vida.
Cae la tarde y comienza la noche cuando suena el celular y una voz amiga te pregunta: ¿Cómo estás? ¿Dónde te encuentras? Estoy bien, en mi casa. Pues vete ya que te van a poner preso. Así es la vida.
Te detienes, reflexionas unos minutos para decidir dónde ir y comenzar tu tránsito por la clandestinidad. Un régimen perverso está armando una patraña, no solo contra ti sino particularmente contra un líder político y tú puedes formar parte de esa patraña, a pesar de ser totalmente inocente. Una justicia amañada y controlada, como se demostró después desde Miami en octubre 2015 con las declaraciones del ex fiscal Franklin Nieves, emite una orden de captura en tu contra en la que se te acusa de homicidio intencional, asociación para delinquir, daño a propiedad públicas, incendio y terrorismo. Pero la persecución no es sólo contra ti sino también contra tu familia, contra tus seres queridos más cercanos e íntimos.
Solo, aislado, cobijado por la verdadera y sincera amistad, evalúas cómo y por dónde salir y adónde ir. Cuando al fin lo logras y llegas a un nuevo país, en el que serás un inmigrante más, debes comenzar a advertir cómo instalarte y de qué vivirás. Ahí recomienza tu vida y luchas, no para sobrevivir sino para vivir. Esta es la resiliencia.
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