Mientras la Presidencia Encargada de Venezuela trabaja, junto al mundo democrático, en un Acuerdo de Salvación Nacional que contempla comicios parlamentarios y presidenciales libres, justos y verificables; el régimen de Nicolás Maduro avanza, en paralelo, con su propia agenda.
Este domingo, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) inició el registro de los precandidatos que competirán durante las elecciones primarias del 08 de agosto. Ese día, el PSUV (la tolda política de la dictadura) escogerá a sus representantes, de cara a los comicios regionales y municipales que se encuentran previstos para noviembre de este año.
Al cierre de la jornada del 27 de junio, Diosdado Cabello Rondón, otrora hombre fuerte del chavismo y primer vicepresidente del Partido Socialista, notificó la inscripción de 27.602 postulados para los más de 5.000 cargos que estarán en juego en las primarias de agosto.
Cabello, un ex militar rebelde que acompañó a Hugo Chávez en la asonada golpista del 04 de febrero de 1992, pronóstico que, una vez concluido el proceso de escrutinio, el listado de aspirantes deberá superar los 35.000 precandidatos.
“Es extraordinario esto”, indicó Cabello durante una alocución televisada. El dirigente socialista, quien ha quedado relegado a una curul dentro de Asamblea Nacional (AN) escogida por el chavismo en diciembre de 2020, aseguró que la totalidad de los aspirantes salieron “de las bases” del PSUV.
La continuidad del discurso panfletario
El discurso panfletario de Diosdado Cabello fue secundado por Nicolás Maduro Moros, segundo presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela y titular, desde 2019, de la dictadura que usurpa el poder en la nación suramericana.
A través de una publicación realizada en Twitter, el líder socialista felicitó a las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH), células del PSUV que tienen la misión de organizar procesos electorales como el de este domingo. Las UBCH también cumplen la tarea de movilizar, en ocasiones a la fuerza y mediante la extorsión, a la ciudadanía votante.
Con todo, una de las acusaciones más graves la formuló Leonardo Salcedo, integrante del Partido Socialista.
El dirigente, quien aspira llegar a la gobernación del Táchira, al oeste de Venezuela, habló de un proceso “viciado”.
Salcedo alzó la voz luego de que su esposa e hija fueran retiradas, de forma irregular, del cuadernillo de votación.
Aunque sin mencionar su nombre, el líder chavista apuntó su dedo hacia Freddy Bernal, ficha clave del “madurismo”, a quien Miraflores impuso como “protector del estado Táchira”, tras la elección de la gobernadora opositora, Laydi Gómez.
“Que lo nombren desde Caracas y no hay problemas”, manifestó Leonardo
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